La alegría interna



 El nacimiento de la alegría interna

Existen unas cuantas variedades de alegrías. Encuentro alegrías de tipo explosivo, irrumpen con noticias favorables generando una gran distensión muscular. Sobrevienen cuando se supera una gran adversidad o cuando ya se daba todo por perdido.

Otras derivan de sucesos graciosos basados en la torpeza o la ignorancia de otros.

Y qué decir de las alegrías más grandes como el enamoramiento, el nacimiento de un hijo y el reencuentro con los seres más queridos. La alegría de que estamos y somos juntos.

Todas tienen como raíz a la esperanza, a veces porque anuncian que estamos bien pertrechados frente a la adversidad o también porque indican que estamos disfrutando o nos irá próximamente mucho mejor.

Pero existe una alegría de otra profundidad, suave pero contínua, que no depende de cosas externas y consiste en la celebración de existir, de ser y de estar sin más.

El sabio puede observarla también en otros y suele quedarse absorto y prendido de esta, como si fuera un nuevo descubrimiento. Indirectamente la vive dentro de sí pero se le escapa.

Esta alegría no necesita absolutamente de nada, desgraciadamente es menospreciada e ignorada por el encantamiento del ensueño.

Aquellos, sin embargo, con la llave del destino mayor, van sorteando obstáculos y enredaderas para no alejarse de la fuente que los impulsa hacia el regocijo continuo de la esperanza mayúscula. 


 Todos los viernes celebramos un encuentro en nuestra salita de Leganés a las 19:30 horas 

En la reunión se elige un tema de intercambio y meditación para finalizar con una experiencia que nos llene de paz, fuerza y alegría.

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